SALMONETES A LA LIVORNESA
Livorno es una gran ciudad portuaria de la
Toscana. No forma parte de los circuitos turisticos, pero es un lugar que siempre
me ha interesada y he frecuentado. Lo primero que hago cuando llego, después de
caminar unos 2 quilómetros a pie desde la estación monumentalista hasta el
centro y el puerto, es entrar en un magnífico mercado, lleno de puestos de
venta de pescado mediterráneo, es decir, el procedente de la propia pesca: los
italianos son estrictos en esto, y saben mimar el producto del territorio-
aunque este territorio sea tan amplio como el mar-. Y en este mercado siempre
suele haber triglie- salmonetes, para
mi uno de los más deliciosos pescados,
que en francés (rouget), catalán (roger;
aunque tambien se llama moll, de Barcelona
a Alicante y en las Baleares), griego (barbounia),
etc. Eso si-, pedir al pescadero/a si es “de roca” (“di scoglio”, en italiano).
Esta receta, llamada a la livornesa, me la
enseñó un amigo de la comunidad judía, importante en Livorno. Por su apellido catalán inferí que era de origen mallorquín,
ya que el sueño de los judíos de esta isla era, desde el siglo XVI o antes,
escapar a Livorno- “qui va a Liorna, no
torna”, dice el dicho mallorquín (quien va a Livorno, no vuelve) en catalán, la
lengua de la isla y, por lo tanto, de los xuetes o judíos-, nombre insultante
que se les daba. “Quien va a Livorno, no vuelve”, ya que huían de los horrores
y la persecución de la Inquisición española. En el siglo XVII, particularmente,
las relaciones de los judíos mallorquines con los de Liorna son frecuentes. Se
reseñan las familias Cortès, Fortesa, Agulló, Tarongí, Picó…Personalidades de
posible origen Personalitats de posible origen catalàán son los Castelló, Sasportas,
Costa…También los Nieto, de origen español, y muchos portugueses. Un amigo
mallroqu´çin me cuenta: “cuando era pequeño mis padres mee decíasn “vete a
Liorna”. Despúes supe su significado, y que la comunidad judí9s mallroquina,
muy perseguida pro España, sólo querían ir a Livorno,m donde erasn libres y
respetados, podía imprimir en hebreo y hablar en catalán, etc. La novela
esplèndida de Carme Riera "Dins el darrer
Blau" se basa precisament en los hechos histórico que sucedierosn en Palma entre 1687
i 1691 cuando un grupo de judíos queso
escaparse a Livorno.
En realidad, una receta parecida la
encontramos en todo el Mediterráneo, aunque normalmente sin rellenar el pescado:
en Mallorca mismo, en Valencia, en
Provenza, en Grecia y Turquía, y aquí, especialmente entre los sefarditas. Quizá
sus antepasados la trajeron de la isla: en mi libro “La cuina de Mallorca”
(2006, El Gall editor) publiqué una receta idéntica, los “Molls frits amb
tomàtiga” (salmonetes fritos con tomate). Aún hoy, la comunidad judía de
Livorno es la mas importante de Italia, ya que logró escapar, en buena parte,
del progrom fascista. Y aunque la antigua e importante sinagoga fue destruída,
se construyó una nueva en estilo contemporáneo. Pude contactar con su rabino,
con el que departimos una larga e interesante conversación.
Es una receta plena de color, en que se
combinan dos matices de rojo. Por eso aconsejo beber con ella, como lo aconseja
mi amiga Marie Thérese Banyols, una prestigiosa sommelier de la Cataluña
francesa (Les Feullants, 2 estrellas Michelin) con un vino rosado.
El tomate que sea madurado al sol, de calidad;
por lo tanto no utilizar estas pelotas de “ping pong” que veces nos venden como tomates.
Ingredientes
1 kg de salmonetes de roca grandes, o 8
harina
½ kg de tomates maduros, de verano
2 dietes de ajo
perejil
sal
aceite de oliva
Elaboración
Limpiar los salmonetes quitándole las escamas (estas son indicio de que es un
alimento kasher, apto para los practicantes religiosos judíos),
Triturar el ajo y el perejil y rellenas los
salmonetes.
Enharinarlos muy ligeramente (yo a veces, si
son muy frescos, prescindo de esta operación) y freirlos en aceite de oliva
extra virgen (una 4 cucharadas). Añadir el tomate concassé (a dados) y sal; cocer hasta que quede poca
salsa, unos 7 minutos.
Notas
Mi amigo le añade una guindilla.
Se puede intentar con tomate de lata, concassé
(a trozos o dados, NO triturado). También resulta. En todo caso, mejor que un
tomate fresco de mala calidad.
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