viernes, 21 de diciembre de 2012
martes, 16 de octubre de 2012
ANGUILAS SABROSAS
El all i pebre- que en catalán significa “ajo y pimienta”- es la vez una salsa-el nombre original, que pasó a designar un plato, el nombre genérico de un guiso de pescado característico de la región del Delta del Ebro como de las comarcas centrales valencianas, donde es muy famoso el de anguila. Tal como lo indica su nombre, la base se siempre el ajo y el pimentón. También se hace allipebre de otros pescados o mariscos, como la la lubina, mújol, merluza, bacaladilla, o, pescadillas, carpa, tenca, barbo, pulpitos, langostinos, bacalao; también se hacía de tortuga, de caracoles, de pollo, de conejo, de cabrito y hasta de legumbres como las habas secas. La Espardenyada de la Albufera es un allipebre estilo mar y montaña, ya que se hace con anguilas, pollo, pato o conejo, patatas, etc. Según Martí Domínguez (Nuestros comidas, 1979, Els nostres menjars), que además de explicar la receta del allipebre dice que el nombre de Espardenyada "da entender muy expresivamente la vulgar y pantagruélica jugosidad de esta mezcla promiscua" (en Valencia una espardenyada es una palabra o acción grosera, propia de gente maleducada).
El allipebre forma parte de las salsas de la Cataluña Nueva y "Novísima" a base de pimientos secos o pimentón, como el romesco, la salbitxada o salsa para calçots. Tecnicamente pertenece a la familia de los suquets, pero parece que en su origen no era, estrictamente, un plato completo sino un esmorzar (desayuno), un bocado entre horas en las tabernas de la zona de la Albufera o inclusivo en a las Barcas de los pescadores.
La primera cita literaria no es un recetario, sino un sainete de Santiago y Vicente Soler titulación "! Mos quedem!". Joan Fuster en “La Albufera de Valencia” dice: "de hecho el allipebre es una salsa que puede aplicarse tanto a una bestia como en otra. En mi casa, yo he comido a menudo allipebre de cabrito". Cuando Josep Pla fué a visitarlo para primera vez, el gran ensayista le encargó uno: "a la hora de cenar encargó un suquet de anguilas excelente" (Josep Pla, “Homenots)”. Vicent Andrés Estellés, uno de los mayores poetas valencianos de todos los tiempos, atento a los temas de la comida, le dedica unos versos en la "Ora marítima": "previamente, he cenado, sobrio siempre / algunos caracoles con un suquet picante, / o también lo que se dice un allipebre / en aquel lugar donde se la Sucronense /-puesto que será muy debatido: al tiempo-, / que consisten en cierto guiso de anguilas / y pimientón y ajo.” (me he atrevido a traducirlo del catalán). La primera receta escrita-si bien bajo el número de "anguilas en salsa" pertenece al libro de Joan Company, Gandía, 1905 “Formulario práctico de cocina”.
En algunos lugares de los países de lengua catalana ha habido una tradición relevante de comida anguilas, que ahora sólo se mantiene en la zona de la Albufera de Valencia y el Delta del Ebre. Se comían en Mallorca-en la zona de sa Pobla-, en la ciudad de Girona, y otros lugares de la región, en Lleida, etc. Se freían, hacía un arroz, se guisaban, se hacían empanadas-espinagades de sa Pobla-, etc.
Se distingue varios tipos de anguilas, y especialmente la “pasturenca” la “maresa”, esta última más apreciada. Este curioso pez de origen marino sube a los ríos-las presas, sino embargo, han diezmado la población-, vive en aguas tranquilas de albuferas, estanques, acequias y canales.
La anguila ya es citada al recetario catalán “Libre de Sent Soví” (s. XIV), y aparece en varias cocinas europeas, hasta Flandes , Holanda o Alemania, tanto fresca como ahumada. En la región del Ebro actualmente también se ahuma, y aún se mantiene como el procedimiento tradicional de anguila xapada o "xapadillo", anguila secada.
Ingredientes
1 kg de de anguilas medianas
aceite
1/2 cabeza de ajos
1 cucharada de pimentón
1 guindilla
sal
agua
Elaboración
Limpiar las anguilas y cortarlas en trozos de un dedo o más de grosor.
Poner al fuego una cazuela con un culo de aceite. Cuando esté caliente, poner una picada hecha con los ajos, sino que estén aplastados del todo, cuando estén dorados, se echa el pimentón, removiendo y procurando que no se le queme; echar enseguida el agua, justo que cubra el pescado (1 / 2 litros, aproximadamente). Cuando rompa el hervor, agregar el pescado y la guindilla. Probar de sal. Cocer unos 20 minutos.
Notas
Hay quien añade una picada de piñones, almendras o cacahuetes (un ingredientes que sólo aparece en alguna picada Valenciana) con unas gotas de zumo de limón o vinagre o un chorro de vino.
En la zona del Delta del Ebro hay versiones en las que se sofríe con el aceite bien candente ante todo, una picada hecha con miga de pan, almendras y ajos (que, inclusive todo, se puedo poner al final de la cocción, para conservar el sabor del ajo), o más complejas, con guindilla, nuez moscada, azafrán, perejil e inclusivo tomate- ésta es, precisamente, la receta que nos da Juan Company-. Esta salsa, si le añadimos pimientos de romesco, vino, etc. ya es, prácticamente, un Romesco; hacia el Tarragonès, el allipebre, en efecto, suele tener ñoras o pimientos de romesco y, inclusivo patatas: nos aproximamos a los suquets .
jueves, 11 de octubre de 2012
lunes, 8 de octubre de 2012
Los níscalos (Lactarius sanguifluus; “rovellons”, que quiere decir “de color de herrumbre”) son una de las setas más apreciadas en Cataluña y, con el nombre de “esclatasangs”, en Mallorca, y con el de “pebrassos” en Ibiza. Pero hay que tener en cuenta que muchos de los que se encuentran en el mercado no son de la calidad deseada. No solo hay la especie correcta-aunque el níscalo (“pinetell”) o Lactarius deliciosus también es apreciable-, sino que hay que procurar que la seta sea de una buena procedencia y, especialmente, de los bosques secos de Mallorca y Cataluña, donde la particularidad del clima da este níscalo un perfume y un sabor incomparables.
Sus nombres más corrientes son “rovelló”, esclatasang, vinader, rosselló... en español "niscalo de leche roja", pero se confunde con el níscalo también, por influencia catalana, se llaman "robellón" o "rebollón". En euskera es "esnegorri", y también incluye las dos variedades. El Pinetell (el llamado "deliciosus", pero que no lo es tanto como el otro), es llamado también en catalán bajo diferentes nombres- pinetenc, estaper...-. Como podemos ver, en esto de las setas los catalanes afinamos mucho más: de hecho más que cualquier pueblo de la Europa occidental, incluyendo Francia e Italia.
Las recetas con setas ya aparecen en nuestros recetarios medievales, y Mestre Robert (Libre del coc, s. XV) incluye alguans con trufas. Ferran Agulló en El libro de la cocina catalana ( “Llibre de la cuina catalana”, 1928) dice que "En Cataluña hay mucha afición a comer setas y una de las maneras de comerlos se puede decir que constituye un plato típico catalán: “a la llauna” (al horno, en una “lata”) .. . los níscalos, amarillentos, color de tierra que, que suelen ser girados de los bordes, y los pinatells, que son verdosos y en forma de paraguas girado por el viento ". Una magnífica descripción, aunque hay girarla, puesto que los “pinetells” son los de color anaranjado pronunciado y los “rovellons” los de tonos verdosos, aunque corrientemente, sobre todo en Barcelona, se llaman “rovellons” a las dos especies.
En Cataluña las setas constituyen una auténtica pasión nacional, tanto en lo referente al hecho de ir a recogerlas o "cazar" (“caçar”) como por el hecho de comerlos. Todo el país tienen lugar, particularmente en otoño, exhibiciones, concursos, y manifestaciones gastronómicas diversas dedicadas al tema.
Según el escritor checo Bohumil Hrabal (“¿Quién soy yo?” 1989), "el níscalo rojizo, precioso, es una seta mística, y sus círculos concéntricos contienen un mensaje místico" ... Y a continuación el gran escritor de Brno cuenta " una receta según la cual los leñadores catalanes preparan los níscalos ", no muy diferente de la misma que presentamos, si bien enriquecida con butifarra (longaniza). Precisamente en los países eslavos- de Rusia a Ucrania, de Polonia en Chequia-, donde existe también una gran afición a las setas, los níscalos también son conocidos. No obstante las particularidades de los microclimas de Cataluña hacen los níscalos catalanes notablemente superiores en sabor y textura a los de otras procedencias- y esto es una pura constatación gastronómica, no de otro tipo- sobre todo si son recién recogidos. Suelen venir de Aragón, de Soria, de Andalucía, e incluso de varios países europeos, particularmente del este, así como de Chile, Uruguay, etc. Muchos no tienen la calidad deseable: o son arenosos, o son resecos o con un sabor poco pronunciado y sin el característico e inigualable perfume del “rovelló” recién recolectado. Así que, a la hora de comprar-los no estaría de más preguntar por su procednecia.
Ingredientes
níscalos
sal
aceite
ajos
perejil
Elaboración
Una vez limpios los níscalos - cortando el pie, dando unos golpecitos y, si es necesario, humedeciéndolo con un paño o papel, evitando si se puede el chorro de agua- colocar en una lata (llauna”, bandeja de horno epecial metálica) con el pie hacia arriba, salar, rociar con aceite y ponerlos unos minutos en el horno, previamente calentado.
Unos 10 minutos antes de sacarlos, esparcir ajo y perejil picado. Deben cocer, aproximadamente, unos 20 minutos (tal vez un poco menos) aunque depende de la temperatura del horno. Mirad que no os queden secos, si conviene, regar con vino o con el propio aceite. Servir de inmediato.
Notas
Hay quien añade pan rallado y y otros añaden zumo de limón.
Estos níscalos se pueden comer como entrante o bien como guarnición de platos de carne.
Son también muy buenos hechos a la brasa y, en última instancia, siguiendo el mismo procedimiento, a la plancha o salteados (fritos).
En la cocina catalana los níscalos también acompañan varios platos: Ternera con níscalos, Lomo o butifarra con níscalos, caza, “Platillo de bolets” (una especie de Pepitoria), arroces, sopas, bacalao, platos de mar montaña, etc.
Hay otras setas que se pueden hacer a la brasa o a la “llauna”, como las “llenegues( higróforos), las oronjas, etc. Pero no otros, como los “rosinyols” (rebozuelos) o las “girgoles” (cabezas de fraile).
Los níscalos también forman parte de la mezcla de setas que se fríen con ajo y perejil, tocino, butifarra “esparrecada” o deshecha etc. y de setas mezcladas con guisos de carne y otros productos.
Antiguamente se conservaban en sal- una manera excelente de conservarlos, pero ahora se suelen encontrar envasados al natural.- Los níscalos pequeños son muy apreciados conservados en vinagre, y son un delicioso entrante.
lunes, 24 de septiembre de 2012
viernes, 24 de agosto de 2012
Napoleón en la mesa
POLLO A LA Marengo
El "Pollo a la marengo" ("Poulet à la marengo", en francés, "Pollo alla Marengo", en italiano y "Polastr Marengh" en piamontés, es una de las recetas de pollo más famosas en todo el mundo. Su nombre hace referencia a la localidad de Marengo (Marengh, en piamontés) situada en esta región italiana del norte, con capital en Turín. De hecho el nombre alude a la gran victoria de la batalla de Marengo, ganada por Napoleón.
Napoleón, se dice, era un hombre poco quisquilloso con la comida y sus cocineros debían estar preparados a cualquier hora del día o de la noche. No era un gourmet al estilo francés, sino un campesino estilo corso. Aunque estuviera rodeado de grandes cocineros (Laguipiére, maestro del gran Carême, Dunand, chef suizo) y otros, prefería los macarrones con queso antes que cualquier delicia. En realidad manifestaba su gusto y sucorazón itálico por la pasta. Igualmente parece que tenía dispuesto que siempre sus cocineros tuvieran pollos asados listos para cuando le entrara hambre.
Sus cocineros preparaban sopas, lentejas, que le gustaban mucho-, que se zampaba sin ningún miramiento. Le gustaban los guisos de carne, los asados, sus preferidos eran el ragout de cordero-que y debía recordar el Tianu di Agnelli de su isla natal-y la Salchicha a la Richelieu, con compota de manzanas y canela, con puntos de contacto, por tanto, con la butifarra dulce con manzana de Girona. Bebía vino de Borgoña con agua y le encantaban los quesos: Córcega también produce excelentes de ellos.
La historia de la alimentación le debe la introducción de las latas de conserva, del azúcar de remolacha, de la margarina, todo por necesidades de guerra. Y del coñac Napoleón, claro!.
A él se debe la existencia de famosos platos que se le dedicaron, como la torta de mil hojas "Napoleón", creada en Rusia para celebrar la expulsión de las tropas francesas y otros platos a base de trufa y foie gras. Pero el más famoso y conocido es el "pollo a la Marengo".
El 14 de junio de 1800 el invencible, en ese momento, Napoleone Bonaparte se disponía a llevar a cabo una de las batallas más importantes de su vida contra el Imperio Austro-Húngaro, que dominaba Italia: de hecho aún ni existía como a estado; el Piamonte era un Reino independiente. Estaban en Alessandria, una pequeña ciudad en el Piamonte, un país italiano del norte donde se habla italiano, piamontés-la lengua propia, muy minorizada-arpitano (la lengua del Valle de Osta, que hace frontera), occitano (lengua muy similar al catalán), y hasta alemán (Walser ) -, ya que es un territorio donde se entrecruzan diversas culturas, junto al aldea de Marengo. Es una extensa zona agrícola llena de granjas, ya que el Piamonte, de clima continental, es una de las regiones gastronómicas más potentes de Italia, tanto por sus productos como por su cocina. Las tropas enemigas habían destrozado las cocinas de campaña del ejército francés y el chef de Napoleón Dunand tenía un grave problema, no se podía retrasar a servir la comida al hambirento emperador. Mandó a unos soldados a buscar (eufemismo de robar) víveres ena las granjas del entorno. Se presentaron con unas gallinas, tomates, setas, huevos ... Según la leyenda improvisó un plato con estos ingredientes, que hizo que el emperador se lamiese, literalmente los dedos.
El Pollo a la Marengo suele ser un pollo troceado, salteados con tomate y servido con cangrejos de río, champiñones y rebanadas de pan frito ya veces os fritos.
Sin embargo, la receta que os doy es familiar, de Franco, un amigo mío de Asti, la ciudad piamontesa del Asti Spumante-puede ser un buen acompañamiento-y de la golosa grappa de moscato-el mejor final posible-.
Ingredientes
1 pollo
un puñado de champiñones (150 g, aproximadamente)
1 zanahoria pequeña
1 cebolla mediana
1 trozo de troncho de apio
2 dientes de ajo
Romero, perejil
Sal, pimienta
1 copa de vino blanco
Agua o caldo
Elaboración
Haga dorar el pollo cortado en cuartos y salpimentados en una cacerola o sartén. Añadir la zanahoria, la cebolla y el apio cortado en juliana, así como el ajo picado y el romero. Haga dar unas vueltas. Mojar con el vino. Cuando se haya reducido, mojar con un poco de agua o caldo y añadir los champiñones, limpios y laminados. Tapar y haga cocer a fuego lento una hora. Justo al momento de servirlo se tira perejil picado. Probar de sal y pimienta.
Notas
Puede utilizar setas salvajes, como ceps (setas de San Jorge, boletos...), así como un par de tomates.
Una sugerencia a mi estilo: sustituya el vino blanco por Asti Spumante (o cava catalán) poniéndolo al final, o por un vasito de grappa di moscato. !Sublime!. Sobre todo si se hace con pollo de corral.